Argentina y Uruguay, socios estratégicos del negocio IT

Escribe Ricardo Domínguez, Socio Director de Rica Consultores

La historia de Argentina y Uruguay, desde sus orígenes y como vecinos del Río de la Plata, tiene tantas semejanzas que los convierten, figurativamente, en primos hermanos de esta relación de cooperación mutua, de la que el mundo IT no está exento.

Según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) (cifras de 2019), tanto Uruguay como Argentina lideran, en la región, el ranking de los países con mayor exportación (U$S per cápita) de software:



En el intercambio tecnológico entre ambos, cada uno hace su aporte equitativo, en el que Uruguay ofrece un contexto de estabilidad jurídica, económica e institucional y Argentina un innegable talento humano, del que Marcos Galperín (Mercado Libre) o Jorge Goulu (ex IBM) son apenas la punta del iceberg de un gran caudal de profesionales expertos en IT, que genera el país fundado por Don Pedro de Mendoza.

La inversión en Uruguay, tanto local como extranjera, está declarada de interés nacional y, como tal, goza de una amplia gama de incentivos tributarios y exoneraciones fiscales, a lo que debe sumarse la posibilidad de operar desde Zonas Francas.

Estas últimas son áreas territoriales de propiedad pública o privada en las que es posible desarrollar toda clase de actividades industriales, comerciales o de servicios, siendo su objetivo promover las inversiones, diversificar la matriz productiva, generar empleo, incrementar la capacidad de la mano de obra nacional, aumentar el valor agregado, impulsar actividades de alto contenido tecnológico e innovación y promover la descentralización de las actividades económicas.

Las actividades comerciales y de servicios realizadas en Zona Franca hacia el exterior del país gozan de un régimen legal de exoneraciones tributarias y otros beneficios muy favorables.

Como resultado de lo anterior, y tal como decíamos más arriba, Uruguay es el primer exportador de software per cápita de Sudamérica y el tercero en términos absolutos. Argentina, según últimas estadísticas disponibles, es el tercer país destinatario de tal exportación, luego de Estados Unidos y Reino Unido (cifras de CUTI: Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información):



Argentina, por su parte, es una indiscutible usina de talento en desarrollo tecnológico. Según la Cámara Argentina de la Industria del Software (CESSI), los servicios basados en conocimiento son la tercera fuente de exportación del país, solo por debajo de los complejos oleaginosos y cerealeros.

Entre 2010 y 2019 los ingresos de capitales extranjeros en este rubro crecieron un 56%, y el empleo un 49%. Entre las razones de ello, destacan la calidad de la formación universitaria y el hecho de que sea libre y gratuita. Hoy en Argentina existen más de 140 institutos públicos de formación en IT y las universidades se han constituido en auténticos polos de formación de empresas.

Es importante mencionar que lo que une a ambos países no sólo es idiosincrasia y cercanía, sino también una robusta red de cables submarinos de fibra óptica que agilizan el intercambio y procesamiento de datos entre ambos.

Por un lado, Unisur: sistema de cable de telecomunicaciones submarino óptico instalado desde 1994 en el Océano Atlántico Sur que une Brasil, Uruguay y Argentina. Sus puntos de aterrizaje se encuentran en Florianópolis, Maldonado y Las Toninas, respectivamente. En 2011 llegaría el Bicentenario que, con unos 250 kilómetros de longitud sin repetidores intermedios, permite mayor nivel de confiabilidad en la performance de la red.

A fines de 2020, el cable Tannat, que originalmente conectaba la ciudad de Santos (Brasil) con Maldonado (Uruguay) fue extendido hacia Argentina, sumándose así a una red de miles de kilómetros de intercambio de datos. En junio de 2021, Google anunció la construcción de Firmina, un cable submarino internacional que unirá la costa oeste de Estados Unidos con nuestro país, Uruguay y Brasil.

En resumen, Argentina tiene sobrado talento e infraestructura. A estas condiciones centrales, Uruguay le agrega estabilidad económica, previsibilidad cambiaria, incentivos fiscales y seguridad jurídica. Eso es lo que atrae a cientos de emprendedores que encontraron en Uruguay la base para aprovechar este poderoso ecosistema para el desarrollo de la actividad informática y su amplio espectro de negocios posibles, utilizando Uruguay como plataforma para la región y el mundo.

(*) Ricardo Domínguez: Socio Director de Rica Consultores